En el último tiempo el alza de los precios de los materiales de la construcción ha generado debate, e incluso la cámara de diputados ha hecho la solicitud de realizar una investigación por posible colusión. Y si bien, efectivamente se ha producido un alza sostenida en los precios de algunas categorías de materiales, impactando negativamente a la industria, hay razones de peso detrás.
Antes de entrar en el detalle del precio de éstos, es fundamental entender cómo funciona la cadena de abastecimiento de los materiales de construcción:
Teniendo esto claro, es mucho más fácil determinar cómo y en qué puntos de la cadena ha impactado la pandemia, generando distorsiones a lo largo de las distintas etapas.
Ahora, el problema mayor no se vio hasta la reactivación de la economía/industria hacia el mes de agosto de 2020. ¿Cuáles fueron los ingredientes para esta tormenta perfecta?
¿Cuáles fueron los resultados? Quiebres de stock y aumento de precios.
Quiebres de stock
Estos los podemos ver reflejados en indicadores tan simples como el aumento en los tiempos de despacho, el % de órdenes incompletas y la necesidad de los compradores de salir a buscar nuevos proveedores.
Precios
El alza de precios se observa, en parte, a través del aumento de más del 40% en el monto promedio de las órdenes de compra de la industria (que explican compras de mayor volumen para asegurar stock y precios más altos).
Ahora, ¿Cuáles han sido los productos más demandados?
Ejemplo claro de esta escasez en materiales claves, lo vemos en la impresionante alza observada en el precio promedio de los tableros OSB (o-ese-be), que ya acumula casi un 70% en lo que va del año con respecto a los precios que observábamos en 2019.
¿Qué podemos esperar al respecto?
Por el momento no se prevé una disminución en los precios. Con la liberación de las restricciones, muchas obras y proyectos retomaron su operación manteniendo el shock de demanda. A esto, se debe sumar que, ante las complejidades logísticas que siguen existiendo y a los atrasos en los planes de producción y la fabricación de los productores y fabricantes, los distribuidores no han sido capaces de reaccionar de manera rápida a este exceso de demanda, viendo impactados aún más sus stocks.
La normalización de la cadena de abastecimiento puede tardar varios meses, y solamente lo podrá hacer en la medida que existan mayores certezas sobre las restricciones sanitarias asociadas a la pandemia. Es necesario que se pueda retomar de manera normal la fabricación y despacho de materiales para disminuir el impacto actual, o de lo contrario, empezar a buscar alternativas como la fabricación local o sustitutos.