Fuente: Revista EMB Construcción
Francisco Roa, Product Owner de Tesorería en Agilice, parte de las soluciones para el ciclo financiero de iConstruye, analiza en prensa cómo la creciente presión por liquidez está acelerando la digitalización financiera en las constructoras, destacando la necesidad de contar con información consolidada, procesos automatizados y mayor visibilidad del flujo de caja para sostener la ejecución de proyectos.
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Un reciente informe reveló que el Minvu dejará obligaciones impagas por más de US$ 130 millones, afectando la ejecución de proyectos y los flujos de caja de las empresas del sector. Este escenario refuerza la necesidad de contar con procesos, tecnología e información financiera consolidada y actualizada para gestionar la liquidez.
En paralelo, la presión por liquidez se ha instalado como uno de los principales desafíos estructurales para las empresas constructoras en Chile. Altos costos operativos, pagos atrasados y un exceso de propiedades sin vender han tensionado los flujos de caja, obligando a las áreas financieras a adoptar procesos más disciplinados, según la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
A nivel global, el informe “Cash Flow and Liquidity Risk: A Rising Challenge” de Aon (2025) ubicó el riesgo de liquidez entre los 10 principales desafíos corporativos, lo que evidencia la necesidad de contar con información precisa, certera y consolidada y actualizada para tomar decisiones oportunas.
En Chile, la baja integración de sistemas y el uso de flujos manuales sigue siendo un obstáculo para la gestión financiera del sector. La falta de información consolidada y actualizada genera datos incompletos o precisos, lo que produce asimetrías de información dentro de los equipos encargados de gestionar la liquidez. “Muchas constructoras aún operan con flujos de caja desactualizados o sin conexión con bancos y sistemas de gestión. lo que dificulta anticipar escenarios y tomar decisiones con certeza”, señala Francisco Roa, Product Owner de Tesorería en Agilice.
Roa explica que la falta de información consolidada genera sobredemanda de recursos entre obras, retrasos en pagos a proveedores y decisiones basadas en información parcial. “Todo esto puede comprometer la sostenibilidad financiera de los proyectos”, advierte.
La gestión financiera en construcción exige una visión consolidada de los flujos de caja, pero también un nivel de detalle por obra, donde se realizan pagos y se originan los egresos que el CFO debe gestionar. Esta necesidad de trazabilidad por proyecto, sumada a un ciclo de egresos complejo y altamente distribuido, ha impulsado al sector a adoptar herramientas que integran datos y automatizan procesos críticos.
En este contexto, Agilice incorporó un módulo de Tesorería que conecta directamente con bancos y Documentos Tributarios Electrónicos (DTE), centralizando información financiera y permite visibilidad por obra, además de automatizar conciliaciones y pagos, solucionando el “end-to-end” del ciclo de egresos de las constructoras.
“La digitalización financiera permite reducir errores, mejorar la relación con proveedores y dar mayor claridad sobre la liquidez disponible”, agrega Roa. Según el Centro Nacional de Productividad (CNEP), la construcción sigue siendo una de las industrias con menor nivel de sistematización, por lo que la adopción de herramientas de integración financiera se proyecta como un paso inevitable para enfrentar un mercado más exigente.
Aun así, los expertos coinciden en que la transformación digital del área financiera es un paso inevitable. En muchas constructoras, la tesorería aún opera con procesos manuales o incluso en papel, lo que limita la visibilidad y dificulta el control del ciclo de egresos.
“Las empresas que logren integrar sus datos y automatizar la tesorería podrán anticipar escenarios de liquidez y mejorar su resiliencia frente a un mercado más exigente y competitivo”, concluye Roa.
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Fuente: Revista EMB Construcción